(Por Lilián Solís) “……El principio de integración no es idea y patrimonio de un grupo de seres bien intencionados; es un Derecho Constitucional; más aún, es sencillamente, un principio de convivencia civilizada. Es la afirmación que sobre nosotros mismos hemos elaborado en el devenir de los siglos, una imagen que ni el sexo, la raza, el idioma, la inteligencia, la integridad física y sensorial pueden surtir efectos discriminatorios entre los diferentes...”
El aula y la escuela, en su doble aspecto material y relacional, son el punto de encuentro y equilibrio entre las respuestas a dos necesidades fundamentales de la persona: la seguridad y la autonomía.
La relación de un niño con otro busca esencialmente el reconocimiento de su persona. Este intercambio es una necesidad fundamental del ser. En dicho intercambio interactúan sentimientos, acciones, objetos, son los que implican la presencia de interlocutores donde el reconocimiento es recíproco y uno será más fácilmente reconocido si es diferente.
En esa diferencia es donde se sitúa el deseo y la intencionalidad de apropiarse del modelo del otro, de su lenguaje, de su comportamiento, de su estilo.
Muchas de las claves para superar los problemas intelectuales dependen del grado de interacción y de comunicación con los iguales.
“Todo niño es cualquier niño: moreno, de ojos azules, de familia acomodada, con grandes capacidades, con dificultades para aprender, o con alguna discapacidad.”
¿Un perfume dejaría de ser perfume si lo colocáramos en envases más largos o más cortos, más oscuros o más claros, más gruesos o más finos?
Todos los niños tienen necesidades educativas en mayor o en menor grado, unos, transitoriamente, otros permanentemente.
Las dificultades de aprendizaje no son solamente consecuencia inmediata de un déficit en el alumno, si no que son consecuencia también, tanto de las características personales del alumno como del contexto en que éste se desenvuelve.
A las necesidades educativas hay que buscarlas en el proceso interactivo de enseñanza – aprendizaje (Alumno – situación de aprendizaje).
Las personas con N.E.E. deben tener acceso a las escuelas del sistema educativo común, que deberán integrarlos en una pedagogía centrada en el niño, capaz de satisfacer esas necesidades.
Las escuelas comunes con esta orientación integradora representa el medio más eficaz para combatir las actitudes discriminatorias, crear comunidades de acogida, construir una sociedad integradora y lograr la educación para todos; además proporcionan una educación efectiva y, en definitiva, la relación costo – eficacia de todo el sistema educativo.
La escuela integradora es un reto que consiste en desarrollar una pedagogía centrada en el niño.
Los niños con NEE deberán integrarse en los cursos curriculares, desde la educación inicial en adelante, siempre que esta integración les sea beneficiosa en todos los aspectos.
Si fuera necesario se les brindará enseñanza especial complementaria, con los apoyos y complementos adecuados, en aquellos casos en que el tipo o grado de la discapacidad lo requiera.- La enseñanza se impartirá en centros educativos especiales, por maestros especializados en la materia.
El fin de la integración escolar es posibilitar que un alumno con discapacidad o con N.E.E. pueda vivir mejor asumiendo sus discapacidades en una sociedad que le reconozca y trate como uno de sus miembros.
Las actividades que los niños con discapacidad comparten con otros niños constituyen la parte más importante y desafiante de sus vidas. Si la sociedad o su propia familia lo aísla se produce en él angustia y soledad.
La integración supone en cada caso un enfrentamiento entre la cultura escolar establecida y una nueva cultura. Es un proceso que se va descubriendo y adaptando, no definido desde el principio. Supone una organización diferente del trabajo escolar, aportando posibilidades de éxito mediante un currículo abierto y flexible.
Debemos destacar, que la integración no es sólo socialización: “ la integración es el hecho de estar entre los otros, con los otros, de tener un rol y un lugar en un grupo o una sociedad, en definitiva aportar una contribución”.
Ese estar entre otros, con los otros le permite al niño construir su historia personal, dependiendo de las relaciones con los otros.
Por lo general la integración de un discapacitado permite una aceptación natural. Otras veces los sobreprotegen y también... los rechazan. Es decir que la integración está determinada por los propios niños.
Con respecto a tener “un rol”, un lugar en un grupo o una sociedad permite al niño con N.E.E. a alimentar y facilitar el desarrollo cognitivo y sus respuestas relacionadas significación social.
* Directora del Instituto Garabatos. Licenciada en Educación Especial.
Eloísa García Etchegoyen de Lorenzo
La relación de un niño con otro busca esencialmente el reconocimiento de su persona. Este intercambio es una necesidad fundamental del ser. En dicho intercambio interactúan sentimientos, acciones, objetos, son los que implican la presencia de interlocutores donde el reconocimiento es recíproco y uno será más fácilmente reconocido si es diferente.
En esa diferencia es donde se sitúa el deseo y la intencionalidad de apropiarse del modelo del otro, de su lenguaje, de su comportamiento, de su estilo.
Muchas de las claves para superar los problemas intelectuales dependen del grado de interacción y de comunicación con los iguales.
“Todo niño es cualquier niño: moreno, de ojos azules, de familia acomodada, con grandes capacidades, con dificultades para aprender, o con alguna discapacidad.”
¿Un perfume dejaría de ser perfume si lo colocáramos en envases más largos o más cortos, más oscuros o más claros, más gruesos o más finos?
Todos los niños tienen necesidades educativas en mayor o en menor grado, unos, transitoriamente, otros permanentemente.
Las dificultades de aprendizaje no son solamente consecuencia inmediata de un déficit en el alumno, si no que son consecuencia también, tanto de las características personales del alumno como del contexto en que éste se desenvuelve.
A las necesidades educativas hay que buscarlas en el proceso interactivo de enseñanza – aprendizaje (Alumno – situación de aprendizaje).
Las personas con N.E.E. deben tener acceso a las escuelas del sistema educativo común, que deberán integrarlos en una pedagogía centrada en el niño, capaz de satisfacer esas necesidades.
Las escuelas comunes con esta orientación integradora representa el medio más eficaz para combatir las actitudes discriminatorias, crear comunidades de acogida, construir una sociedad integradora y lograr la educación para todos; además proporcionan una educación efectiva y, en definitiva, la relación costo – eficacia de todo el sistema educativo.
La escuela integradora es un reto que consiste en desarrollar una pedagogía centrada en el niño.
Los niños con NEE deberán integrarse en los cursos curriculares, desde la educación inicial en adelante, siempre que esta integración les sea beneficiosa en todos los aspectos.
Si fuera necesario se les brindará enseñanza especial complementaria, con los apoyos y complementos adecuados, en aquellos casos en que el tipo o grado de la discapacidad lo requiera.- La enseñanza se impartirá en centros educativos especiales, por maestros especializados en la materia.
El fin de la integración escolar es posibilitar que un alumno con discapacidad o con N.E.E. pueda vivir mejor asumiendo sus discapacidades en una sociedad que le reconozca y trate como uno de sus miembros.
Las actividades que los niños con discapacidad comparten con otros niños constituyen la parte más importante y desafiante de sus vidas. Si la sociedad o su propia familia lo aísla se produce en él angustia y soledad.
La integración supone en cada caso un enfrentamiento entre la cultura escolar establecida y una nueva cultura. Es un proceso que se va descubriendo y adaptando, no definido desde el principio. Supone una organización diferente del trabajo escolar, aportando posibilidades de éxito mediante un currículo abierto y flexible.
Debemos destacar, que la integración no es sólo socialización: “ la integración es el hecho de estar entre los otros, con los otros, de tener un rol y un lugar en un grupo o una sociedad, en definitiva aportar una contribución”.
Ese estar entre otros, con los otros le permite al niño construir su historia personal, dependiendo de las relaciones con los otros.
Por lo general la integración de un discapacitado permite una aceptación natural. Otras veces los sobreprotegen y también... los rechazan. Es decir que la integración está determinada por los propios niños.
Con respecto a tener “un rol”, un lugar en un grupo o una sociedad permite al niño con N.E.E. a alimentar y facilitar el desarrollo cognitivo y sus respuestas relacionadas significación social.
* Directora del Instituto Garabatos. Licenciada en Educación Especial.
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