La justicia tarda pero llega. En abril, Alan Rodríguez, quien nunca se dio por vencido, finalmente llegó, justo en el día internacional del síndrome de down, a recibir su título secundario. La lucha empezó en 2013 cuando este joven con síndrome de Down concluyó sus estudios secundarios en una escuela privada de la Ciudad de Buenos Aires, donde cursó siempre con los mismos compañeros con un proyecto pedagógico individual. Pero a diferencia de sus amigos, a Alan le negaron el título porque, según el Ministerio de Educación porteño, no cumplió con los contenidos mínimos y, por lo tanto, se encontraba impedido para ingresar a la universidad o conseguir trabajo. Fue ahí que la familia Rodríguez, con el patrocinio de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), interpuso un amparo judicial para exigir el derecho a una educación inclusiva. En una primera instancia de este largo camino, en octubre de 2016, la jueza Romina Tesone del fuero contencioso administrativo y tribu...