APDH expidió un comunicado en el que manifiesta que las personas sordas se ven muchas veces impedidas de desarrollarse socialmente.
La organización enumera varios factores: falta de educación, falta de acceso a la información en lengua de señas, pobres o inexistentes servicios de interpretación en lengua de señas y escasez de oportunidades de empleo de calidad.
"Esto ha llevado muchas veces a que vivan en la marginación social y económica, víctimas de la discriminación, y con escaso potencial político para transformar su situación de vulnerabilidad", alerta.
APDH sostiene que esta situación se debe al "desconocimiento de que la comunidad Sorda argentina -como toda otra comunidad Sorda- ha desarrollado una lengua que es visoespacial".
Se refiere a la Lengua de Señas Argentina (LSA), que evidencia una cultura eminentemente visual, es decir, en interacción lingüística entre pares.
Se trata de una lengua que se construyó históricamente su mundo como objeto y a ellos mismos como sujetos interactuando a través de esta lengua de señas que adquirió naturalmente, recuerda la organización.
APDH destaca que la comunidad Sorda constituye una comunidad lingüística minoritaria con su propia lengua transmitida en otra modalidad y que, por ende, desarrolla un mundo simbólico –una cultura- diferente.
Que los hijos sordos de padres Sordos son los miembros reales de la misma y los hijos Sordos de padres oyentes los miembros potenciales.
APDH asegura que las personas Sordas son además conscientes de que deben usar la LSA en cada y en todo contexto comunicativo, puesto que el usar la lengua es en sí misma una práctica social que produce cambio social.
El uso de LSA "produce además efectos sobre el propio hablante, cuando una persona Sorda habla español lo aplasta el oralismo y la discapacidad, en cambio, cuando habla LSA ingresa al mundo del plurilingüismo y su pertenencia a una Comunidad es un acto político y de identidad", sostiene APDH.
"Es imprescindible el reconocimiento de la Lengua de Señas Argentina de manera de otorgarle el lugar que le corresponde al colectivo Sordo, ya no caracterizado como discapacitado, sino como minoría con su propio mundo de significaciones", insiste.
La APDH considera impostergable que el Estado argentino arbitre los mecanismos necesarios que garanticen los derechos humanos de la Comunidad Sorda argentina.
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