“Para realizar una prótesis u ortesis primero se deben tomar las medidas del miembro del paciente donde se va a colocar el dispositivo. En los casos en los que su fabricación se deba enviar a otra localidad del país, el proceso demora varios meses y puede llegar a ser muy perjudicial para el usuario”, señala el protesista del Centro INTI-Tecnologías para la Salud y la Discapacidad, Daniel Suárez, en Argentina.
“La demora entre la toma de la muestra y la adquisición del dispositivo es más grave en el caso de los niños, porque puede generar malformaciones. Al estar en edad de crecimiento, cuando reciben el equipo que necesitan las dimensiones de su cuerpo pueden ser muy diferentes a las que tenían al momento de tomar sus medidas”, advierte Suárez.
Para resolver esta problemática, desde el Centro desarrollaron un sistema de bajo costo que permite instalar talleres de ortesis y prótesis en hospitales públicos.
Este sistema permite realizar los dispositivos en el ambiente hospitalario y con personal especializado para ese fin. Suárez explica que el costo es ínfimo con respecto a los beneficios que aporta al sistema de salud, ya que el espacio físico necesario para montar el taller no supera los 120 metros cuadrados y la maquinaria que se requiere no alcanza los 30 mil pesos (valor a julio de 2016). “Llevamos la tecnología a dos elementos básicos: un horno y una bomba de vacío. Con ellos podemos comenzar a trabajar en el territorio”, relata Suárez.
Además de asesorar en la adquisición de maquinaria para los talleres, el INTI capacita a profesionales para que realicen los dispositivos. “Siempre es necesario que haya un médico para que seleccione, clasifique y prescriba el tratamiento adecuado según la necesidad del paciente. Luego se requieren especialistas vinculados con la kinesiología, enfermería o terapia ocupacional”, señala el protesista del Centro.
Las capacitaciones que realizan los profesionales del INTI se dividen en tres niveles, según la complejidad de pacientes que recurren a cada establecimiento. “El primer nivel está orientado a que los profesionales puedan desarrollar ortesis sencillas, sin elementos de movimiento. En el segundo se aborda la fabricación de prótesis con movimiento y elementos móviles. En tanto que en el último se estudia la elaboración de ortesis más complejas, donde deben ya reemplazarse por ejemplo el pie o la rodilla”, detalla Suárez.
Mediante esta asistencia, el INTI ya instaló talleres en la localidad de Santo Tomé, Corrientes; Río Grande, Tierra del Fuego; 9 de Julio y Malvinas Argentinas, Buenos Aires; Río Gallegos; provincia de Catamarca; y en el Hospital Lencinas de Mendoza."En total hemos dictado 30 talleres teórico-prácticos, en los que se desarrollaron prótesis y ortesis para más de 200 pacientes. Este equipamiento está dirigido a personas de bajos recursos y quienes han tenido demoras en su recepción", destaca Rafael Kohanoff, director del Centro de Tecnologías para la Salud y la Discapacidad.
Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2015 y 2017 habrá en América 144 millones de personas con algún tipo de discapacidad y el 0,5% de la población necesitará un equipo para rehabilitarse. En este contexto, poder brindar soluciones que mejoren la calidad de vida de los pacientes de forma rápida y sencilla resulta fundamental. (Fuente: INTI-Comunicación - Florencia Salgueiro)
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