Es para "evitar que los niños accidentalmente ingerir pequeños imanes", señalan.
Se trata de la Consumer Product Safety Commission (CPSC); ha presentado una demanda para que se prohíba la venta de Buckyballs y Buckycubes.
La iniciativa ha contado con el apoyo de la Academia y sus colegas de la Sociedad Norteamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición, que han abogado por la CPSC acción para proteger a los niños de acceder a los productos.
El juicio contra Maxfield y Oberton Holdings LLC es el último paso de la CPSC para prevenir las lesiones que continúan a pesar de las advertencias del producto. Se solicita que se condene a la empresa a dejar de vender el producto, notificar al público de un defecto y ofrecer un reembolso a los consumidores.
Según la Asociación de Pediatras de Estados Unidos, los pediatras han visto un aumento en los casos en que los niños han ingerido dos o más de los imanes de alta potencia.
Desde Buckyballs se introdujeron en los Estados Unidos en 2009, la CPSC ha recibido reportes de más de dos docenas de incidentes de ingestión.
Los efectos nocivos incluyen perforaciones intestinales, intestinos retorcidos e infecciones severas cuando los imanes ingeridos atraer a diferentes partes del cuerpo, lo que lleva a cirugías, endoscopias o las intersecciones inversas.
Muchas de las víctimas son niños pequeños, aunque hubo casos de adolescentes que tragaron accidentalmente dos o más imanes colocados en la lengua para imitar un piercing.
Los pediatras deben compartir las advertencias sobre los peligros de los pequeños imanes de alta potencia con los padres.
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