En el encuentro, realizado en la escuela especial Dora Alonso, participaron expertos en Pedagogía y Psiquiatría de Cuba y Venezuela, con el propósito de dialogar desde una perspectiva multidisciplinar en torno al tema, cuando acaba de celebrarse ayer el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.
En declaraciones a Prensa Latina, la directora de la escuela, Imilla Campos, defendió la idea de que los autistas tienen derecho a ser aceptados y ayudados por la sociedad, pues a pesar de sus dificultades para la socialización, con colaboración pueden lograr un desarrollo independiente.
En este sentido, explicó que mientras más temprano comience la atención por parte del personal especializado, mayores son las posibilidades de concretar avances.
Campos señaló que esa institución acoge a autistas de dos a siete años, mientras los de ocho a 22 asisten al centro Cheché Alfonso.
Hay otras provincias del país con escuelas especializadas para infantes con ese síndrome, como Santiago de Cuba, en el oriente de la isla, y Cienfuegos, en el centro.
Una de las premisas del trabajo en Cuba es la atención combinada, lo cual significa que el programa de estudio incluye la vinculación con centros educativos regulares en los distintos niveles de enseñanza.
En la Dora Alonso reciben también a niños y adolescentes de otros países; en los 11 años transcurridos desde su fundación han pasado por sua aulas educandos procedentes de Yemen, Venezuela, Chile y Argentina.
De acuerdo con Campos, las actividades realizadas en las escuelas se dirigen a estimular el desarrollo de las partes del cerebro más afectadas, las cuales limitan habilidades en la socialización, la comunicación y la conducta.
Para ello trabajan con ayuda de ordenadores, utilizan la música como psicoterapia, hacen énfasis en la educación física y propician el juego y la interacción en un parque infantil del centro.
Asimismo, organizan diversas actividades socioeducativas como visitas al Acuario, al Zoológico, a la Feria del Libro, e intercambios sistemáticos con niños de escuelas regulares.
"Esto es muy importante porque no solo los niños aprenden a comportarse como parte de la sociedad, sino que la sociedad aprende a vivir con personas autistas", consideró Campos.
Por su parte, la psiquiatra venezolana Ana Cecilia Márquez explicó que en su país, los niños con autismo suelen llegar a los servicios en estados de salud complicados, pues sufren padecimientos como trastornos estomacales, taquicardia, sudoraciones excesivas, entre otras.
En consecuencia, continuó, el primer paso de la atención se refiere a un ajuste nutricional que permita estabilizar la salud, para luego continuar con terapias del desarrollo y las actividades psicoeducativas.
El autismo es un desorden del desarrollo del cerebro que compromete el funcionamiento global del niño y dificulta la adquisición de habilidades para la comunicación y para establecer relaciones sociales.
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