(*)El síndrome psicótico aglutina un conjunto de trastornos mentales devastadores que se caracterizan por una ruptura de las funciones mentales superiores. Los signos y síntomas de psicosis comienzan en la adolescencia o temprana adultez y suelen tener un inicio gradual y progresivo en el tiempo.
El Síndrome de psicosis atenuada es una nueva propuesta diagnóstica del DSM-V que trata de identificar a personas con un estado mental de alto riesgo (EMAR) que pueda ser predictor de transición a la psicosis.
El beneficio potencial sería que si el trastorno psicótico es tratado con más eficacia en sus fases iniciales se podría producir un efecto beneficioso duradero que probablemente no se alcanzaría con intervenciones más tardías. Dicho síndrome ha generado un intenso debate en los foros científicos y profesionales especializados, esgrimiéndose argumentos a favor y en contra de su inclusión.
La evaluación de los EMARs se realiza preferentemente en población de adolescentes o adultos jóvenes. La evolución de los EMARs se asocia a una mayor tasa de transición hacia psicosis no afectivas, si bien puede evolucionar hacia otro trastorno mental, mantenerse estable o remitir con el tiempo.
La evidencia empírica indica que una intervención temprana parece tener un cierto efecto beneficioso, aunque los resultados son por el momento insuficientes y contradictorios. La falta de especificidad de los síntomas en la predicción de la psicosis, la presencia de ciertas limitaciones (p. ej., estigmatización), los resultados encontrados en las intervenciones tempranas y la falta de evidencia empírica, han llevado a incluir el Síndrome de psicosis atenuada en el apéndice III del DSM-V.
A la luz de los hallazgos encontrados se comentan los principales beneficios y limitaciones de la inclusión de esta supuesta categoría, las posibles lecciones aprendidas de este tipo de estudios así como futuras líneas de actuación.
(*) Autores: Eduardo Fonseca-Pedrero, Mercedes Paino y David Fraguas
El Síndrome de psicosis atenuada es una nueva propuesta diagnóstica del DSM-V que trata de identificar a personas con un estado mental de alto riesgo (EMAR) que pueda ser predictor de transición a la psicosis.
El beneficio potencial sería que si el trastorno psicótico es tratado con más eficacia en sus fases iniciales se podría producir un efecto beneficioso duradero que probablemente no se alcanzaría con intervenciones más tardías. Dicho síndrome ha generado un intenso debate en los foros científicos y profesionales especializados, esgrimiéndose argumentos a favor y en contra de su inclusión.
La evaluación de los EMARs se realiza preferentemente en población de adolescentes o adultos jóvenes. La evolución de los EMARs se asocia a una mayor tasa de transición hacia psicosis no afectivas, si bien puede evolucionar hacia otro trastorno mental, mantenerse estable o remitir con el tiempo.
La evidencia empírica indica que una intervención temprana parece tener un cierto efecto beneficioso, aunque los resultados son por el momento insuficientes y contradictorios. La falta de especificidad de los síntomas en la predicción de la psicosis, la presencia de ciertas limitaciones (p. ej., estigmatización), los resultados encontrados en las intervenciones tempranas y la falta de evidencia empírica, han llevado a incluir el Síndrome de psicosis atenuada en el apéndice III del DSM-V.
A la luz de los hallazgos encontrados se comentan los principales beneficios y limitaciones de la inclusión de esta supuesta categoría, las posibles lecciones aprendidas de este tipo de estudios así como futuras líneas de actuación.
(*) Autores: Eduardo Fonseca-Pedrero, Mercedes Paino y David Fraguas
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